A partir de ahora arrancamos una nueva sección que tiene aires literarios. Un espacio para hacer cosas con palabras. Arrancamos con la propuesta de Mónica de tercero segunda y aprovechamos para invitar a todos los que hagan cosas con palabras (cuentos, textos cortos, poesías, etc) a participar de esta sección.
El desafio
por Mónica Maciel
El desafío, el inmenso desafío de existir, de convivir en un espacio tan reducido como una persona, sin paredes... la nada. Pero una nada pequeña. De apenas un metro sesenta y dos.
El tiempo transcurre sin dejar huellas, sus pies sigilosos se deslizan en varias direcciones. Ayer, hoy, mañana. El transcurso de la vida es mi tiempo real, niñez, adolescencia, adultez, ancianidad y muerte. En este punto vuelo hacia otra nada mucho más pequeña, que luego crecerá, pero esto no significa que me encuentre más cómoda.
El tiempo transcurre sin dejar huellas, sus pies sigilosos se deslizan en varias direcciones. Ayer, hoy, mañana. El transcurso de la vida es mi tiempo real, niñez, adolescencia, adultez, ancianidad y muerte. En este punto vuelo hacia otra nada mucho más pequeña, que luego crecerá, pero esto no significa que me encuentre más cómoda.
Es duro mi trabajo, arduo y responsable, ...¿irresponsable?, si a veces lo es, lo admito. Pero se hace muy difícil tomar decisiones, más cuando, en alguna medida, su futuro depende de mi. Ser su guía desde muy pequeña, de forma casi imperceptible para que no note mi presencia, ser sutil hasta en mi respiración para que no se asuste y susurrarle mudamente lo que debía hacer. Fue una tarea épica luchar contra sus deseos. Cronológicamente esto empeoró, los deseos aumentaban su fuerza y atacaban mis huestes con total dureza. Perdía batalla tras batalla. En algún momento pensé que no tendría mayor oportunidad de ganar la guerra. Cuando comenzaba a naufragar en la desesperanza y el delirio, el Tiempo calmó mi ansiedad y Ella, redescubriéndome, entabló conmigo una nueva relación. Adulta y conveniente. Yo le diría lo que debía hacer, y Ella cataría o no, pero si no lo hacía, yo no tendría responsabilidad ninguna sobre los resultados. A partir de entonces generalmente nos llevamos bien. En este barco cruzamos los amplios mares del tiempo, sorteando dificultades y días soleados. Despertando ternuras y hastíos. Hasta hoy, que nos abandonamos a los designios de la Muerte. Ella, tal vez, continúe. En otro lugar, ...de otra forma. Yo... comenzaré nuevamente. Volando hacia otra nada mucho más pequeña, que luego crecerá, pero esto no significa que me encuentre más cómoda
